Este novedoso estudio que incluye varios aspectos como una observación de cohorte, casos controles, revisión sistemática y actualización de un metaanálisis. Evalúa la colocación de un activador tisular de plasminógeno (alteplase) intravenoso como tratamiento de la Oclusión de la Arteria Central de la Retina (OACR) dentro de un rango no mayor a 4.5 horas desde el conocimiento del cuadro. Se utilizaron las dosis establecidas en los protocolos de infartos isquémicos que fue de 0.9 mg/kg, se activaron los protocolos recibiendo a los pacientes en la unidad coronaria, con neuromonitoreo, screening de factores de riesgo e implementación de estrategias de prevención secundaria. Estableciendo un modelo de protocolo a proseguir para la OACR. 

 

En este estudio se evalúan a largo plazo la eficiencia de realizar profilaxis para evitar nuevos episodios en pacientes con reticoroiditis recurrente por Toxoplasma Gondii.

Teniendo en cuenta que el riesgo de recurrencia es mayor en el momento inmediato luego de un episodio agudo, los investigadores proponen la teoría de mantener el efecto protector de TMP-SMZ por largo tiempo podría destruir los bradizoitos antes de que estos pasen a la fase activa de taquizoitos. Evitando de esta forma que prolifere al punto de generar lesiones clinicamente detectables.

El ensayo de tipo prospectivo, doble enmascarado y randomizado incluyeró 111 pacientes que fueron seguidos por 72 meses. 

Todos los pacientes fueron tratados en primera instancia, por sus lesiones activas con trimetoprima sulfametoxasol (TMP-SMZ) (160mg/800mg) dos veces por día por 45 días. Una vez que todas las lesiones fueron curadas.

Se los dividió en dos grupos: uno recibió una dosis de TMP-SMZ cada dos días por 311 días, mientras que el otro grupo se le indico placebo.

Los investigadores observaron que hubo una mayor probabilidad de recurrencia en el grupo tratado con placebo. 

Esta relación se mantuvo incluso en los años de seguimiento en donde no se encontraban bajo ningún tratamiento.

El acumulativo probabilidad de recurrencia después de 1, 2, 3, 4, 5 y 6 años de seguimiento fueron, respectivamente, 13,0% (9/69), 17,4% (12/69), 20,3% (14/69), 23,2% (16/69), 26,1% (18/69) y 27,5% (19/69) en el grupo placebo y 0%, 0%, 0%, 0%, 0% y 1,4% (1/72) en el grupo TMP-SMZ.

Otro punto a destacar es el hecho que las recurrencias fueron más frecuentes en pacientes de genero femenino.

En conclusión, esta profilaxis podría ser una opción a tener en cuenta frente a paciente con retinocoroiditis recurrente.

Full paper:

https://www.ajo.com/article/S0002-9394(20)30005-2/fulltext

Publicado: Enero 2020, American Journal of Ophthalmology

Estudio de series de casos donde se comparan varios anticuerpos de casos con uveitis no infecciosa y controles de pacientes sanos. Se encontró asociación en la presencia de anticuerpos antifosfolipídicos positivos para el 7.9 % de los pacientes con uveitis no infecciosa y 0% en los controles sanos.

De estos pacientes con anticuerpos fosfolipidicos postivos ninguno manifestaba oclusión vascular ni maniesfataciones trombóticas sistémicas. Es decir, no tenían hasta el momento el diagnóstico de  sindrome antifosfolipídico(APS). La manifestación oftalmológica asociada hasta el momento con el APS y en Lupus Eritematoso Sitémico (LES) es la retinopatia oclusiva de vasos. 

los resultados que informaron fueron: 

• aPL : cardiolipina 7.9% en uveitis, 0% en controles sanos
•          β2-glycoprotein I  6.4% versus 1.3%
•          PS/PT  11.1% versus 5%
• ANA:  NA-HEp2  11.1% versus 8.9%
•             Nucleosome  6.4%  versus 14.1% 
• ANCA 0 % versus 1.3%

Al ser un estudio de casos, no es la mejor evidencia para lograr a una conclusión ya que los controles sanos no podrian funcionar como casos controles ya que no fueron randomizados. De todos modos, como la uveitis es una patologia no tan frecuente cada estudio aporta importantes aspectos a tener cuenta y este podría revelar una importante asociación a estudiar. Ustedes que anticuerpos solicitan en las uveitis? 

  A case control study of patients with non infection uveitis and the presence of auto-antibodies directed at membranous phospholipids (aPL),  nuclear antigens, and cytoplasmic (ANCA) in their blood. This papaer takes this patients and make a comparation with healthy control patients. Their results were that aPL cardiolipin was in 7.9%  of the uveitis patients , while 0% in the healthy patients control.  The antiphospholipid syndrome (APS) is considered a systemic autoimmune disease and this publication claims to have found relevant asocaition between this antiboy and uveitis pathology. But more studies are need to carry out to reach a more higher level of scientifc evidence.  

Publicado Octubre 2020

Full paper: https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1120672120968729

 

La oftalmopatía tiroidea es una patología autoinmune poco frecuente, que se caracteriza por períodos de actividad con inflamación de tejidos, edema, expansión de músculos extraoculares y tejido adiposo, que se intercalan con estadios de inactividad donde predomina la fibrosis.

Entre los síntomas asociados a esta patología se observa ojo seco, irritación local, retracción palpebral hasta proptosis, diplopía y compresión de nervio óptico con riesgo que pérdida visual.

La evidencia muestra que en la fisiopatogenia participan autoanticuerpos de receptor de tirotropina y receptor de factor de crecimiento I simil insulina (IGF-IR).

En cuanto al tratamiento actual se encuentran agentes inmunomoduladores que disminuyen la inflamación en momentos agudos pero sus efectos son limitados frente a las secuelas a largo plazo de la patología.

Frente a esto surge como una posibilidad terapéutica: Teprotumumab un anticuerpo monoclonal que disminuye la actividad de los receptores previamente nombrados.

En este estudio doble ciego prospectivo, se evalúa la eficacia y seguridad del Teprotumumab, un inhibidor de IGF - IR en pacientes con oftalmopatía tiroidea activa.

Se analizaron los efectos en dos grupos luego de recibir infusión intravenosa de Teprotumumab o placebo una vez cada 3 semanas por 21 semanas.

Los investigadores observaron que el 83% de los pacientes del grupo con Teprotumumab tuvieron una reducción en la proptosis de al menos 2mm, comparado con el grupo placebo donde solo el 10% obtuvo ese efecto.

Resultados parecidos obtuvieron en relación a la diplopía en los pacientes tratados con el anticuerpo monoclonal, ya que disminuyó al menos un grado.

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En relación a la actividad de la patología observaron que el grupo con Tetrotumumab tuvo mejores resultados ya que en mayor frecuencia el score de mantuvo entre 0 y 1 indicando ausencia o mínima inflamación.

Se reportó un buen perfil de seguridad donde el 5% de los pacientes obtuvieron efectos adversos como reacciones en el momento de la inyección, hiperglucemia, espasmos musculares, diarrea, alteraciones auditivas.

En conclusión, la inyección de Teprotumumab tuvo mejores resultados en cuanto a la disminución de medidas objetivas de la patología y calidad de vida de los pacientes que la recibieron. Por lo cual podría ser una opción terapéutica a tener en cuenta en estos pacientes.

Full Paper: https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1910434

Publicado: Enero 2020 . Por The New England Journal Of Medicine

Mencionan que el número de persistencia y de recidivas era el mismo con la escisión quirúrgica con interferón  IFNα2b  como adyuvante o con únicamente la colocación tópica de  IFNα2b , el cual la dosis es 1 millon de unidades/ml qid por mínimo 3 meses.  Cuando la colocación es intralesional la dosis es 3 millones de unidades/0.5 ml quid cada siete días durante 4 o 5 semanas.  Esta glicoproteína endógena es el agente más utilizado debido a sus pocos efectos adversos y comprobada eficacia. 

Se expone la necesidad de tomar biopsia de las lesiones, a pesar de las posibles complicaciones ya que aún en expertos la observación clínica tiene un error diagnóstico del 60% para discernir entre lesiones premalignas o invasivas, o más frecuente entre un OSSN y melanoma conjuntival. La presentación clínica suele ser una masa pálida, gelatinosa y telangiectásica. 

 La técnica de raspaje citológico puede identificar las células displásicas. Son sugestivos de invasión: vainas sinciales, macronúcleos y células inflamatorias. En el caso que estén presentes es necesario realizar una biopsia para tener resultados concluyentes. 

En cuanto al uso de imágenes diagnosticas, como el oct de segmento anterior o la microscopía confocal,  podrían llegar a ser relevantes para evaluar la profundidad de la lesión en un futuro pero aún no se utilizan de rutina ya que no puede determinar varios aspectos clave para el diagnóstico.

 Hay literatura emergente alertando sobre el carcinoma de células escamosa que no sería de tan buen pronostico como se creía, sino  que declaran una probabilidad de invasión orbitaria del 10%, con una mortalidad de 8% debido a metástasis en una publicación de serie de casos australianos y del 24% en una serie de casos estadounidenses (similar a la muerte por metástasis del melanoma conjuntival) .

American Joint Committee on Cancer (AJCC) define se vale la profundidad de invasión y el tamaño y extensión hacia estructuras contiguas,  para establecer una neoplasia escamosa como primaria.